miércoles, 16 de febrero de 2011

La Ley Sinde y nuestra libertad.

Qué pena de país. Ayer con los diputados del PSOE, PP y CiU traicionaron a todos los ciudadanos y se aprobó la Ley Sinde, una ley que coarta aún más nuestra libertad. Otro despropósito más y otro derecho que nos arrebatan. Esto cada vez se parece más a una dictadura.

No es mi idea principal el incluir opiniones en mi blog, pero mi indignación es tal que siento la necesidad de expresar mi opinión acerca de este tema. Total, si seguimos así, dentro de muy poco estará prohibido protestar y opinar, así que aprovecho ahora que todavía puedo.

Esta ley, como muchas otras, no es legal, valga la redundancia. Los individuos que la aprueban tuvieron el suficiente apoyo de los ciudadanos cuando fueron elegidos, pero seguro que no lo tienen ahora para coartar nuestra libertad y traicionarnos de esta manera.

Lo peor de todo es que con lo corrupto que está nuestro sistema, la Ley Sinde no va a ser más que otra fuente de generación de favores y agravios comparativos en la que una comisión de zampabollos decidirá qué podemos hacer en internet. A ti te cierro la web, pero a mi cuñado no porque estoy en la comisión de los listos. Otro entorno más donde se oirá la retórica frase “Gracias amigo político con buenos contactos. Te debo una. ”.

En fin, vuelven a coartar nuestra libertad y seguimos permitiéndolo. Eso es un grave error de nuestra generación: somos demasiado cómodos y no luchamos lo suficiente por lo que nos pertenece. Cada día nos quitan algo y pronto no tendremos ni una pizca de libertad y lo veremos normal.

Generalizando la opinión, no logro entender como seguimos permitiendo que gobierne nuestras vidas la lamentable clase política que tenemos en nuestro país. Aunque al nivel más bajo, me avergüenzo de pertenecer a ella y por suerte me quedan muy pocos meses para terminar la legislatura. De hecho, si no fuese por los etéreos “motivos políticos” a los que moralmente me debo ya habría dejado de pagar penitencia por mi error de tener la ilusión un día de querer ayudar a unos compañeros concejales que me han dejado una buena impresión en esta legislatura, pero yo no sé vender ilusiones ni defender ideas indefendibles.

La pura realidad es que por cada político que pueda haber con principios honestos y puros hay muchos buitres que lo único en lo que piensan es en mantener su posición. Es lo que yo llamo la prostitución política. Una de las peores lacras de este país donde vivimos.

Y la Ley Sinde alimenta aún más esta olla podrida…

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